¿Te has planteado ser técnico de actividades dirigidas, director de centro deportivo, entrenador personal o tener tu propio gimnasio? Sigue leyendo que en este artículo te damos la claves para confeccionar tu programa de entrenamiento hacia la consecución de tu objetivo.
Hoy en día, la gran mayoría de nosotros vivimos sin completar la lista de tareas que nos marcamos realizar en nuestra jornada. Ya sean tareas personales o laborales, vivimos con una sensación de falta de horas que nos acaba produciendo estrés y frustración por no completar las tareas que nos asignamos.
No cabe decir que aún es más grave cuando nos planteamos conseguir un objetivo, proyecto profesional o meta, a más largo tiempo, y que, finalmente, por diferentes motivos y distracciones desistimos de él.
Para todos nosotros llegar a finalizar una tarea o proyecto que nos proponemos no solo nos aporta el resultado positivo en sí de alcanzarlo sino que nos proporciona un estado de bienestar y satisfacción por haber sido capaces de triunfar, consiguiendo lo que nos hemos propuesto.
Ahora bien, la barrera principal que te puedes encontrarte al iniciar cualquier proyecto que te propongas (técnico de actividades dirigidas, director de centro deportivo, entrenador personal o tener tu propio gimnasio) es conseguir centrar tu foco en una misma cosa durante el tiempo necesario hasta su consecución. Y esta dificultad se incrementa si el proyecto se alarga en el tiempo, como puede ser el caso de un proyecto u objetivo profesional. Existen muchos factores que te pueden provocar distracciones y hacen finalmente que optes por el abandono del proyecto iniciado. Para evitarlo, toma nota.
1.- ¿Es realmente un objetivo que deseas?
Parte siempre de un objetivo o proyecto que merezca la pena, es decir, si el resultado o beneficio obtenido tras su consecución compensa el tiempo y esfuerzo que vas a dedicar en el camino. No escojas trabajar como técnico de actividades, entrenador personal o montes un gimnasio por probar o porque está de moda.
Si lo inicias con un interés especial, con una motivación real y clara, porque el resultado que prevees obtener es lo suficientemente importante, tienes muchas posibilidades de que lo que empiezas, lo acabes.
Así que recuerda, si el resultado de tu esfuerzo por realizar el proyecto no es lo suficientemente importante para ti, es mejor que no te engañes y dediques el tiempo a otra cosa.
2.- ¿Estás dispuesto al compromiso?
Ya sabes el objetivo que quieres alcanzar, lo has escrito, lo tienes claro, ahora debes comprometerte a su ejecución hasta el final del mismo. Es muy fácil estar motivado y activo los primeros días, pero conforme avances con tu proyecto es muy normal que te cueste más trabajar en él, aparezcan otros proyectos que al ser novedad te atraigan más, etc. No puedes depender de la motivación para sacar adelante el proyecto, tienes que crear un hábito de trabajo, una rutina diaria (crea tu plan de acción, tu programa de entrenamiento).
Para que este compromiso sea más real hazlo público, habla de él a amigos, familiares, etc provocará en tí una mayor obligación hacia su consecución.
La constancia es un factor básico para conseguir los objetivos que te propongas. Además de ser disciplinado en el día a día y crear un hábito de trabajo, mantener una actitud positiva, te ayudará a impedir que te rindas antes de finalizar tu proyecto.
3.- Tu programa de entrenamiento
Es imprescindible que dediques tiempo a crear paso a paso todas las tareas a realizar para llegar del Punto de Inicio del objetivo al Punto Final del mismo. Como si se tratara de un programa de entrenamiento, especificando día a día lo que se debe hacer, programado por semanas y meses, marcando una fecha de finalización que te obligue a ejecutarlo.
Establece acciones concretas, con fecha de ejecución y alcanzables que sepas con total seguridad que al llevarlas a cabo, te conducen al éxito. Este programa de entrenamiento será tu ruta de trabajo que seguirás día a día para conseguir tu objetivo, así generarás un hábito de trabajo, una rutina diaria.
Para que semanalmente solo te focalices en una tarea, sin tener interrupciones, ni pensar en el conjunto del proyecto, divide el trabajo en tareas pequeñas y concretas. Un proyecto grande y complejo puede resultarte abrumador e inalcanzable. Al dividirlo en tareas menores y concretas vas a conseguir ver claro el camino para conseguirlo y la fortaleza para enfrentarte a él aumenta.
4.- Un trofeo
Además, te aconsejamos que establezcas algún tipo de trofeo-recompensa para cuando termines esa tarea semanal. Sí, márcate tus propios incentivos. Pensar en lo que harás después de conseguir la tarea o objetivo semanal te motivará. Debe ser algo que te relaje, sin esfuerzos, algo que realmente te apetezca hacer.
5.- Identifica los obstáculos
A lo largo de tu ruta hacia la consecución del objetivo que te has marcado, van a aparecer diferentes obstáculos. Intenta pensar en ellos para poder planificarte y buscar adelantarte a posibles soluciones a los mismos.
Además, tener un plan para estos obstáculos y otros que sean imprevisibles, te ayuda a seguir progresando cuando los obstáculos aparezcan y además estimula y fortalece tu confianza frente a estos imprevistos, haciendo más sencilla tu recuperación.
6.- Haz seguimiento de tu proceso y resultados
Debes conocer cómo llevas el proceso y los avances que vas consiguiendo para ganar en autoconfianza. Pon una fecha límite para el proyecto u objetivo final (lo estableces en el plan de acción) y fechas intermedias (que las estableces cuando marcas las metas o hitos semanales) para ir chequeando objetivamente los progresos y corregir si es necesario.
A medida que vayas avanzando, las metas o hitos pueden ir cambiando. Modifícalas todas las veces que sea necesario. Modificar y actualizarlas no significa haber fracasado, significa haber aprendido algo nuevo.
7.- Visualiza el resultado final
Cada día dedica algo de tiempo a visualizar cómo te vas a sentir y cómo va a cambiar tu vida, tras alcanzar tu objetivo. Visualizar el éxito te ayuda a seguir ilusionado y más activo en el proyecto, es una fórmula comprobada de facilitar el trabajo del cerebro.
Puedes también hacerlo imaginándote en las diferentes etapas del proceso, esto además de incentivar tu motivación por el proyecto, te ayudará a ver los beneficios de las metas o etapas.
Y después de estos consejos ¿a qué esperas para pasar del deseo al resultado y conseguir tu objetivo? Ya no tienes excusas.